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¿Cómo ser deportista de alto rendimiento? Esa es la pregunta que se plantean muchos apasionados del deporte cuando dan sus primeros pasos en una disciplina.
Lo más importante para lograr esta ambiciosa meta es contar con un buen entrenador y con una red de apoyo mental que ayude al interesado a superar los escollos que aparezcan en su camino. En este sentido, el Curso de Experto en Coaching Deportivo y Psicología del Alto Rendimiento de Unisport otorga a sus alumnos las herramientas para ofrecer este acompañamiento y ayudar a las personas a convertir su afición en su profesión. Hoy, desvelamos las claves imprescindibles para lograrlo.
¿Cómo se forma un deportista de alto rendimiento?
La motivación, el compromiso y el entrenamiento son los tres pilares básicos para ser deportista de alto rendimiento. Como el camino para transformarse en uno difiere entre un deporte y otro en cuanto a sus características más concretas, en este artículo nos limitaremos a dar las pautas comunes que comparten todos los deportistas de éxito a nivel profesional.
Hay que tener en cuenta, eso sí, que la consideración de deportista de alto nivel es diferente a nivel nacional y autonómico. En el primer caso, los requisitos se fijan en el Real Decreto 971/2007, de 13 de julio, del BOE, que define a estas figuras como “aquellos cuyo rendimiento y clasificación les sitúe entre los mejores del mundo o de Europa” y exige un reconocimiento del Consejo Superior de Deportes para ser considerado como tal.
Los deportistas de alto nivel son los que participan en grandes competiciones y consiguen los mejores resultados a nivel nacional y/o internacional
En lo que respecta a las comunidades autónomas, cada una establece su propia normativa, aunque en general incluye la participación en competiciones de alto nivel o la obtención de unas marcas determinadas. Es lo que tuvieron que hacer profesionales del deporte de alto rendimiento como la nadadora Mireia Belmonte o el tenista Carlos Alcaraz, que tienen detrás largas sesiones de ejercitación física y un profundo dominio de los factores que determinan su rendimiento deportivo. A continuación, indicamos los pasos que tuvieron que dar para convertirse en referentes.
Entrenamientos
Como ser deportista de alto rendimiento exige mucho a nivel físico, resulta lógico que lo primero que haya que hacer para formarse como uno sea entrenar. La mayoría de los que hoy compiten en torneos nacionales e internacionales han trabajado su destreza desde la infancia, mejorando poco a poco sus habilidades hasta alcanzar, ya de adultos, el desempeño que necesitan.
Traducido en horas, se calculan alrededor de 20 semanales, distribuidas a lo largo de seis días. El ritmo desciende en periodo de competición, ya que es necesario incrementar el tiempo de descanso para que el organismo se recupere como debe.
Coachs de calidad
Al igual que el entrenador, la figura del coach es fundamental tanto en los deportes individuales como en los colectivos. Es el que le explica al interesado cómo ser deportista de alto rendimiento y traza una estrategia que le permita avanzar manteniendo la constancia y la motivación.
Esto último no es fácil, ya que hay que tener presente que los deportistas de alto nivel llevan una vida de victorias, pero también de sacrificios. Y precisamente una de las funciones del psicólogo deportivo es ayudarles a lidiar con ellas para evitar el burnout y no verse superado por la presión de las competiciones.
Además de encauzar sus emociones, las sesiones psicológicas le aportan al deportista un gran conocimiento sobre él mismo y sobre el modo que tiene de gestionar sus aciertos, sus fracasos y la opinión pública. Por lo tanto, puede decirse que la introspección es un ejercicio esencial en la formación de un profesional de élite.
Asistencia a campeonatos
Ser deportista de alto rendimiento, como ya se sabe, implica participar en multitud de competiciones. Y ello requiere aprender a controlar los nervios y saber qué pasos hay que dar para conseguir el máximo nivel en la pista.
La formación de una figura de la élite deportiva incluye esta preparación previa a los torneos, que va desde el descanso hasta el aumento progresivo de los carbohidratos para tener la mayor energía posible. También se debe saber qué hacer en caso de falta de apetito —un suplemento líquido podría servir de sustituto— y a dónde dirigir la mente para competir concentrado y con seguridad.
Del mismo modo, conviene tener claro cómo aprovechar los periodos de competición para seguir creciendo. Y es que no todo va de ganar medallas: se puede y se debe aprender de otros jugadores y tomar los eventos deportivos como una vía para detectar aspectos en los que se tiene que trabajar.
Dominio de los factores de rendimiento
Otro de los asuntos en los que debe estar versado un deportista de élite es en la evaluación de su rendimiento deportivo. Aunque no será él mismo el que cuantificará su potencia, velocidad y demás variables, sí tiene que entenderlas y comprender lo que significan para su desempeño personal. Solo así podrá entender los planes de su entrenador y diseñar junto a su coach un plan que le permita alcanzar sus objetivos profesionales.
Formación nutricional
La formación de un deportista de alto rendimiento no está completa sin un conocimiento profundo de la alimentación. Esta debe ser completa y especialmente rica en proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables.
Las cantidades variarán en función de la disciplina —por ejemplo, un deportista de resistencia tendrá que consumir más carbohidratos que un especialista de halterofilia—. Pero, sea cual sea el deporte en el que destaque, es recomendable que la persona sepa cómo se clasifican los alimentos y qué impacto tiene cada uno en su competencia física, de manera que puedan tomar decisiones nutricionales acertadas.
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