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Introducción a la psicología deportiva en usuarios del gimnasio
En una sociedad como la actual en la que continuamente se nos está transmitiendo el mensaje de que la imagen corporal y el aspecto físico van asociados no solo a la salud física, sino también al éxito personal, no es de extrañar, y hasta puede parecer comprensible, observar como los gimnasios se llenan de hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, rindiendo culto al cuerpo, preocupados por mejorar su aspecto físico. Estos gimnasios suelen disponer de entrenadores personales, que planifican programas de entrenamiento a la carta para las diferentes tipologías de usuarios que acuden a estos lugares, pero su función como profesionales no solo trata de ajustar dichos programas a la demanda y características físicas del cliente, sino también en conocer la psicología deportiva en usuarios del gimnasio aquellos aspectos psicológicos vinculados a su trabajo, que le pueden acercar más al éxito o al fracaso del abandono.
¿A quién se entrena?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), la inactividad física está reconocida como uno de los principales factores de riesgo de enfermedad, pero según parece evidente, este no es el único motivo por el que la gente decide cambiar su estilo de vida, y empezar a realizar algún tipo de actividad física. La mejora del autoconcepto personal, la posibilidad de conocer gente, el querer tener una vida más saludable, y la mejora de la condición física y mental para la competición, son algunos de los muchos y diversos motivos por los que se suele decidir empezar a realizar algún tipo de actividad física y acudir a los gimnasios.
Los clientes que deciden contratar a un entrenador personal suelen ser de un perfil muy variado que va, desde personas con un estilo de vida sedentario, o que no han practicado ningún tipo de deporte con anterioridad, o lo hicieron durante un muy breve espacio de tiempo, a deportistas que contratan sus servicios para entrenarse y prepararse para algún tipo de competición.
En cualquiera de los anteriores casos, será fundamental conocer qué y quién le ha llevado a decidirse por contratar los servicios de un profesional, ya que a veces ni la propia persona sabe exactamente en qué consiste su trabajo. El profesional debe informar al cliente sobre sus funciones y tratar de resolver las dudas que pueda tener, y en caso necesario, reorientarlo hacia otra u otras actividades acordes a su motivación principal.
Para ello es importante ver a la persona que se tiene ante sí no solo como un individuo con unas determinadas características o cualidades físicas, sino como un todo en el que las diferentes estructuras y dimensiones de su personalidad, así como sus circunstancias, se integran e interactúan entre sí, convirtiéndole en el individuo que es. “Ver” al cliente en sus diferentes dimensiones nos acerca al éxito y al logro de los objetivos.
Este supuesto hace que el entrenador tenga que ser en muchas ocasiones más cercano de lo que suele ser un entrenador.
La entrevista inicial
Realizar una primera entrevista va a permitir además de clarificar la demanda, recoger toda aquella información que pueda ayudar al profesional a conocer mejor a su cliente, así como anticipar posibles situaciones en las que deba hacer uso de alguna estrategia para mantenerlo en la tarea y alejarlo del abandono, además, la entrevista inicial facilita la primera toma de contacto y favorece el inicio en la construcción del vínculo, que a la larga será fundamental para mantener una relación de confianza que le acerque a su éxito personal.
Conocer los motivos y motivaciones, las experiencias anteriores relacionadas con el deporte o la actividad física en sí, los resultados que se obtuvieron, las dificultades que tuvo que afrontar y cómo las afrontó, cómo se percibe a sí mismo, cuáles considera son los puntos fuertes que le pueden ayudar a lo largo del programa de entrenamiento y cuáles aquellos que se lo pueden dificultar, a qué o quién atribuye los éxitos y/o los fracasos, además de observar su posición corporal, tono de voz, ritmo del habla, gestualidad, etc, son algunos de los aspectos a tener en cuenta a lo largo de la entrevista, que le proporcionarán al entrenador personal información importante sobre la persona que tiene enfrente.
La adherencia al programa de entrenamiento
Una vez establecido el contrato que compromete al entrenador personal a trabajar con el cliente y estando este último de acuerdo con el programa de entrenamiento que se le ha propuesto, será importante descubrir los recursos y estrategias de afrontamiento que suele utilizar el cliente ante las dificultades o propias limitaciones. Anticipar un plan de trabajo que se adapte de la mejor manera a las características tanto físicas, psicológicas como circunstanciales del cliente, será fundamental para la consecución de su éxito.
Atención especial requerirán aquellos clientes que suelen informarnos de los varios intentos fallidos que anteriormente realizaron, ya que podemos anticipar que seguramente se darán de nuevo. Una estrategia que podemos utilizar, intentando evitar que esto vuelva a ocurrir, es la de cerrarle posibles vías de escape.
¿Qué podemos hacer para evitar una nueva fuga? En estos casos será conveniente poder hablarlo ya desde un inicio con el cliente, anticipándonos a una situación que es muy probable que se vuelva a repetir, y requiriéndole y haciéndole partícipe de la búsqueda de estrategias, para asegurarnos que esta vez estará preparado para afrontar una nueva tentativa de abandono, para poder así, finalizar con éxito el programa de entrenamiento.
El objetivo hacia el cual nos dirigimos
Dentro del programa de entrenamiento, debemos tener en cuenta no solo los objetivos a largo plazo, sino también y sobre todo los objetivos a corto y medio plazo, pues no debemos olvidar que un elemento importante que va a mantener al cliente en la tarea es la consecución de resultados inmediatos. Si el coste es considerado demasiado elevado para el beneficio que se va a obtener, o queda demasiado alejado en el tiempo, lo más probable es que la persona acabe abandonando, mientras que si el coste es asumible, y los beneficios se dan a corto o medio plazo, es más probable que la persona se mantenga en la tarea. Por tanto, proponer unos objetivos claros y bien definidos en el tiempo, que sean estimulantes para el cliente, y que puedan ser operativos o evaluables, como por ejemplo, crecimiento del diámetro de un músculo en cm, veces que acude al gimnasio a la semana, peso que levanta, kilogramos que pierde, etc., pueden servir de estímulo si elaboramos una ficha a modo de autorregistro diario o semanal, que sin duda va a favorecer su adherencia al programa de entrenamiento.
El éxito del entrenador personal no únicamente debería residir en que el cliente consiguiera los objetivos que se habían sugerido, sino también, en que este incorporara la actividad física como un hábito saludable en su estilo de vida.
Conclusiones de la Psicología deportiva en usuarios del gimnasio
Cada vez parece haber más consciencia de la importancia que tiene el realizar algún tipo de actividad física en la salud, aunque también es importante saber que la motivación de la gente por la actividad física, varía tanto como personas hay y que, por tanto, será importante entender lo que mueve a esa persona a realizar dicha actividad, para evitar el déficit motivacional y el posterior abandono. Conseguir que el cliente se mantenga en la actividad, y consiga los objetivos propuestos, no depende únicamente del entrenador personal, si bien es cierto que este puede ejercer una gran influencia.
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BIBLIOGRAFIA
Guillermo Infante, Alfredo Goñi y José D. Villarroel. (2011): “Actividad física y autoconcepto, físico y general, a lo largo de la edad adulta”, Revista de Psicologia del deporte, Vol. 20, núm. 2, pp. 429-444
Igor Esnaola, Guillermo Infante, Arantzazu Rodríguez y Eider Goñi. (2011): “Relación entre variables psicosociales y salud percibida”, Revista de Psicología del Deporte, Vol. 20, núm. 2, pp. 413-427
J. Dosil (2004): Psicología de la actividad física y del deporte. Madrid: McGraw-Hill