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Introducción al proceso de Mentoring
El proceso de mentoring dentro de la entidad deportiva supone una relación sólida entre el mentor y el mentee, de manera que los conocimientos y experiencia del primero supongan una guía para desarrollar y conducir la carrera del segundo dentro de la organización, acelerando los tiempos de adaptación y facilitando la superación de posibles obstáculos.
En este caso vamos a estudiar en qué consiste el mentoring, además de analizar la figura del mentor, para acabar descubriendo cuáles son los objetivos de este proceso y qué beneficios puede aportar su implementación dentro de la entidad deportiva…
Qué es el proceso de Mentoring
El mentoring dentro de la entidad deportiva se desarrolla a partir de la relación entre sus miembros, del diálogo entre las personas y del intercambio entre ellas en el ámbito de trabajo. Se trata de un proceso social basado en la generación de ideas que respondan a preguntas que buscan la mejora global a través de la reflexión, así como nuevos puntos de vista de la realidad de la organización.
Aquellos trabajadores con experiencia en la entidad aportan consejos a otros miembros con menor experiencia, o recién llegados a la empresa, de manera que los mentores tengan oportunidad de influir y enseñar a los mentees, estableciendo determinados caminos dentro de la organización y marcando unos objetivos relacionados con su carrera profesional.
En los encuentros entre mentor y mentee el punto central es el intercambio de ideas y conocimientos, de manera bidireccional, para que ambos se puedan influir a partir de la experiencia del mentor, sobre todo el mentee. No se busca conocimiento externo, sino que el punto de partida va a ser siempre lo vivido dentro de los procesos de la entidad, analizándolos y comparándolos con casuísticas determinadas que ayuden a resolver problemas que se puedan plantear en el futuro.
La relación entre mentor y mentee debe fomentar el pensamiento crítico, pero también el interactivo, de manera que los razonamientos sean realizados en común a través de un trabajo en equipo. Se favorece, así, que cada uno se ponga en el lugar del otro y favorecer que se aborde un tema desde diferentes puntos de vista.
Además, el intercambio de ideas, sus propuestas y refutamientos, la verbalización de preguntas y respuestas, y el cuestionamiento de los procesos en los que se mueve la entidad, van a desarrollar un pensamiento dialéctico dentro de los trabajadores que siempre va a ser positivo para los intereses de la organización. No obstante, el mentoring es un proceso social en el que la cooperación es siempre dinámica, necesaria y efectiva. Y es que basándose en estos intercambios de preguntas e ideas, cuestionándolas y confrontando distintas ópticas, se aumenta el rendimiento y se superan los límites naturales a los que debe hacer frente un equipo de trabajo.
El Mentor
A la hora de escoger qué trabajadores pueden desarrollar el papel de mentores dentro de la entidad deportiva, hay que pensar en aquellas personas que gocen de una buena posición dentro del organigrama, pero también fuera de ella. Es decir, que tengan experiencia como trabajadores, pero que también sean respetados como personas en otros ámbitos.
Hay que acudir a aquellas personas con la capacidad de transmitir su experiencia y conocimientos, pero que también están dispuestas a aportar en lo personal e ir más allá de la mera transmisión de la cultura empresarial o cuatro aspectos básicos, profesionales o de desempeño. Es decir, van a encargarse de un mentoring desde el punto de vista global y van a acelerar los procesos para que sea efectivo en el menor tiempo posible.
El mentor ha de ser una fuente de conocimiento que sea capaz de transmitirlos, algo así como un libro de texto que dirija el aprendizaje del mentee y que marque cuáles deben ser los comportamientos dentro de la entidad. Marcan objetivos y suponen un reto para demostrar las habilidades y conocimientos aprendidos. Promueven la reflexión y el debate, invitan a cuestionar la realidad empresarial que les rodea.
En definitiva, el mentor debe ser el punto de conexión entre el mentee y la entidad, a todos los niveles. Es decir, hay que enseñar tanto el desempeño de la actividad como los trucos para aportar valor a la empresa desde fuera. En ese sentido, el mentor debe dar respuesta a las necesidades de aprendizaje, sean del tipo que sean, y adaptarse a las necesidades de cada momento, ya que no siempre pueden ser necesarias explicaciones o consejos, sino escuchar y dirigir esos pensamientos.
En el diseño de una estrategia de mentoring hay que tener en cuenta, sobre todo, el potencial aprendizaje interno para dar respuesta a los retos y objetivos dentro de la entidad. Y es que el punto central es que el mentee pueda desarrollar su carrera dentro de la organización con el máximo de conocimientos adquiridos y la experiencia necesaria para alcanzar el éxito.
Objetivos del Mentoring
A través del mentoring, la entidad deportiva va a buscar la consecución de cuatro objetivos muy concretos, en lo que respecta a los trabajadores que son acogidos por un mentor.
Lo primero es acelerar el proceso de desarrollo del potencial del mentee, de manera que el talento que pueda aportar a la organización sea útil y efectivo en el menor tiempo posible. Es decir, va a ser algo así como un anfitrión que reduzca los tiempos de aclimatación y potencie la productividad.
Además, a través de sus conocimientos, el mentor se convertirá en el canal de difusión que la empresa hace servir para transmitirlos a otros trabajadores. Se facilita, de esta manera, compartir un saber interno propio de la entidad y de los procesos internos que, sumados a la experiencia del mentor y el talento del mentee sean de mucha utilidad en el futuro.
Sin embargo, el mentoring es una manera, más allá de la de la trasmisión de conocimiento o facilitar la aclimatación a la entidad, de generar vínculos sólidos y duraderos entre los miembros de la entidad. Se crea un sentimiento de comunidad muy valioso que fomenta el rendimiento superior, así como la productividad y el compromiso con la organización.
Y en relación a este compromiso y conocimiento de la realidad empresarial, el mentoring también busca facilitar los procesos de cambio que se puedan dar en la entidad, preparando a los trabajadores para adaptarse a nuevos retos y a cambios que puedan requerir de poco tiempo de adaptación.
Beneficios del Mentoring
Para el trabajador que es acogido por un mentor, el principal beneficio es el incremento de conocimientos aportados por el mentor, así como la mejora de su capital social, ya que ampliará su red de contactos, y la de su autoeficacia, que influirá en su motivación, iniciativa y desarrollo de sus habilidades.
En ese sentido, la mejora de las habilidades y competencias también está relacionada con la velocidad de aprendizaje y desarrollo, además de la mejora en la integración dentro de la entidad, adaptándose mejor y más rápidamente y, por tanto, siendo más capaz de entender la organización desde un punto de vista más interno.
Los beneficios para el mentor son diversos, y van desde el desarrollo de sus habilidades de comunicación hasta la mejora de la intuición o la actualización de sus ideas y conocimientos, adaptándolos a la realidad social actual. Además, su capacidad de liderazgo se ve reforzada ante la perspectiva de ser un referente y de dirigir los pasos de otros trabajadores.
Por último, para la organización supone fomentar el aprendizaje dentro de la empresa y la adaptación a nuevas situaciones. La empresa retiene y desarrolla el talento interno, y construye una comunidad comprometida y con ganas de cooperar dentro de un equipo de trabajo, reduciendo el coste de la formación, ya que los trabajadores aprenden mientras desarrollan sus actividades profesionales.
La empresa consigue una vía de transmisión de conocimientos y, a través de la colaboración, aumenta el rendimiento y la motivación de los trabajadores, mejorando el clima empresarial, además de ser capaz de identificar aquellos trabajadores capacitados para ejercer de líderes naturales.