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¿Cuál es el origen del coaching deportivo? Aunque parece que fue hace poco cuando este método empezó a expandirse, lo cierto es que tiene una historia bastante larga. Muchos, de hecho, sitúan su nacimiento en los antiguos filósofos, concretamente en el periodo de antes de Cristo con el pensador griego Sócrates.
En la actualidad, no solo se emplea en el mundo del deporte, sino también en el ámbito personal y ejecutivo. Pero son los profesionales de la actividad física los que no suelen renunciar a este nuevo tipo de entrenador, en el que se centra nuestro Curso de Experto en Coaching Deportivo y Psicología del Alto Rendimiento. Hoy, relatamos la evolución y consolidación de esta práctica.
Cómo surge el coaching deportivo: un repaso por su historia
En función de quién lo narre, el origen del coaching deportivo se remonta a hace miles de años o a tan solo unas cuantas décadas atrás. La opinión más común, no obstante, coincide en hablar del estadounidense Timothy Gallwey —autor del famoso libro The Inner Game—, como el pionero de la disciplina, que busca optimizar el estado mental y emocional de los profesionales del deporte para obtener los máximos resultados.
Fue en los 70 cuando el californiano se dio cuenta de las guerras que se libraban en la mente de los jugadores y comenzó a buscar métodos para que contribuyesen a sus victorias en los partidos. Al ser él mismo un tenista, pudo probar sus ideas en sus propias competiciones. Posteriormente, como suele suceder, se convirtió en entrenador, y aprovechó su aprendizaje para optimizar el rendimiento de aquellos a los que preparaba.
¡Últimas plazas!
A medida que sus técnicas iban extendiéndose, se hizo claro el alto valor del coaching en el fútbol, el baloncesto y muchas otras prácticas deportivas. Se convirtió en una tendencia global y comenzaron a surgir instituciones y actos oficiales como el Congreso Europeo de Psicología del Deporte, en Alemania (1972), la Arabic Federation of Sports Psychology de las naciones árabes y (1987) o la Asiatic South Pacific Association of Sport Psychology (1989).
La opinión general señala al tenista y escritor Timothy Gallwey como el padre del coaching deportivo
En esta década de los 80, el origen del coaching ya quedaba lejos. El método había llegado hasta los Juegos Olímpicos, cuyos participantes gozaban de esta clase de entrenadores. De hecho, el comité estadounidense del evento reguló en el 83 las condiciones para que un psicólogo deportivo pudiera ejercer como tal en los equipos que representaban a Norteamérica.
Llegada a España
El origen del coaching en España fue más lento. Las funciones del psicólogo deportivo se habían empezado a investigar ya en los 60 —se creó, por ejemplo, un laboratorio de psicología del deporte y se hicieron varias publicaciones a partir de ese instante—, pero no fue hasta los años 90 cuando se percibe una aplicación real de esta práctica.
A comienzos de la década, los estudios constataron que eran cerca de siete las federaciones olímpicas que hacían uso de los coachs. En otros sectores como el empresarial, el coaching avanzó más rápido desde su origen y se consolidó a comienzos de los 2000 con las primeras escuelas de formadores que habían estudiado el fenómeno en otros puntos del globo.
Origen del coaching: los antecedentes
Si Gallwey fue el que “instauró” el coaching, su origen puede ubicarse mucho más atrás. Hasta el punto de que no es extraño encontrar referencias a la filosofía griega en los textos, con Sócrates como máximo exponente.
Su mayéutica, basada en trabajar la esencia de uno mismo, es para muchos el verdadero nacimiento del coach. Según esta teoría, también su discípulo, Platón, sentaría las bases con su teoría de la tábula rasa, protagonista de gran parte del trabajo de los psicólogos del siglo XX.
Dada su influencia en la psicología, muchos responsabilizan a los filósofos griegos de sembrar el germen del coaching
Ya antes, en el XIX, se desarrollaron estudios psicológicos que ponían el foco en jugadores de deportes distintos. Tal y como indica la investigación Historia de la Psicología del Deporte, abriendo el siguiente milenio se publicaron libros que vinculaban, por ejemplo, mente y fútbol. Mientras, en la Unión Soviética se empezó a estudiar cómo afectaban la motivación o el estrés al desempeño físico.
En territorio estadounidense, aparecieron volúmenes como el de Psychology of Coaching en un momento tan temprano como 1926. La semilla, en fin, estaba plantada: sería cuestión de dejar pasar los años para ver la figura del coach en toda su plenitud.
De Hungría al mundo, ¿cuál es el origen del término?
En los párrafos anteriores, se ha detallado la historia del coaching deportivo. Pero el propio término tiene un relato que merece la pena contar.
Y es que, antes de Gallwey, hacía ya tiempo que se empleaba la palabra coach. Era común en los años 50, aunque solo hacía alusión a los entrenadores físicos de las universidades de Reino Unido.
Hay que remontarse hasta el siglo XV para encontrar el punto de partida del vocablo, cuando la ciudad de Kocs se convirtió en un paso obligatorio para circular entre Viena y Pest. Surgió entonces un popular carruaje que disfrutaba de un sistema de suspensión y que sus usuarios llamaban kocsi szekér.
Mientras que en España dio lugar a la expresión “coche”, en inglés se tradujo como “coach”. Quedaba latente esa idea de transportar a alguien hacia el destino que quería y, por ello, se empleó para dar nombre a la gestión mental en el deporte.
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