El diseño de unos modelos organizativos adecuados es una parte importante del éxito del evento ya que una deficiente estructuración puede acarrear duplicidades de tareas, mala comunicación y no optimizar suficientemente los recursos.
Se necesita en primer lugar realizar un buen análisis del entorno, tanto interno como externo, para adaptar nuestra organización a los desafíos requeridos, más aún en el campo de los eventos en el cual las necesidades organizativas van cambiando rápidamente según en la fase de ejecución en la que nos encontremos.
Para ello es muy importante tener claro cuáles son las figuras más utilizadas en la gestión de eventos y entender la filosofía que subyace detrás de cada uno de ellos, así podremos unificar comités o crear nuevos según la complejidad de nuestro caso. Esta organización la deberemos plasmar gráficamente en un adecuado organigrama que permita a los integrantes de la organización entender claramente la distinción de responsabilidades y el canal de mando presente en ella.
El organigrama permite a los integrantes de la organización entender claramente las funciones y responsabilidades de cada puesto y el canal de mando establecido. Identificando a su vez las distintas áreas de la organización. La departamentalización de las tareas es una de las acciones clave que deberá afrontar el coordinador del evento, una buena decisión en este sentido ayudará a que se desarrollen las diferentes funciones de forma lo más coordinada posible.
El capital humano adquiere un papel fundamental en la organización del evento deportivo. La figura del coordinador debe reunir una serie de cualidades que le ayuden a cumplir con los objetivos establecidos.
Muchos son los factores que contribuyen a la viabilidad del evento, pero sin duda, la que más impacto social tiene es el voluntariado, que se convierte en pieza clave en la organización de todo evento deportivo.