En el transcurso de los últimos años, la empleabilidad ha sido sin duda una de las principales cuestiones que los jóvenes han tenido en cuenta a la vez de elegir una profesión, incluso por encima de la elección vocacional.
En una entrevista reciente,
Benito Echeverría – Catedrático de pedagogía de la Universidad de Barcelona – decía:
“No son las carreras las que tienen salidas, son las personas”. Efectivamente, cualquier persona puede conseguir aquello que se proponga, si tiene la vocación, la formación y la actitud necesaria, y esto evidentemente, también es aplicable a la
gestión deportiva. No tenemos que olvidar que el
deporte que conocemos ha nacido del voluntariado. Por lo tanto, a pesar de que actualmente ya consideramos los
gestores deportivos como profesionales, la vocación y la actitud fue la fuerza que impulsó los primeros gestores deportivos de nuestro país. Actualmente, no hay un perfil único de gestor deportivo, y podemos encontrar profesionales que provienen del ámbito técnico del deporte como otras áreas más cercanas al
business empresarial.
Por lo tanto, ¿qué se valora a la vez de contratar un gestor deportivo? ¿Qué atributos pueden hacer incrementar la ocupación en gestión deportiva? En
Unisport hemos detectado algunos en el transcurso de los años:
Las personas se desarrollan mejor en aquello que los apasiona y conocen bien. Esta evidencia se pone claramente de manifiesto en el deporte, una parcela muy íntima donde el componente emocional tiene un peso importante. Muchas personas han decidido reorientar su carrera profesional sencillamente porque querían vincularse profesionalmente a aquel deporte que siempre habían practicado, y lo querían hacer capitalizando aquel conocimiento que durante años habían adquirido casi sin darse cuenta.
Derivada del anterior, la curiosidad por todo lo que tiene que ver con el mundo empresarial y del deporte, es el que te hace ir más allá, saber cosas que otras no saben. Y por encima de todo, estar permanentemente al día de cómo evoluciona el sector, así como las tendencias que marcarán el futuro próximo. Revistas, blogs, redes, asociaciones… son fuentes de información y de formación a menudo gratuitas que debemos leer.
Gestionar requiere tener competencias a menudo vinculadas a la empresa, relacionadas con áreas como las finanzas, las habilidades directivas, el marketing, la seguridad, la dirección estratégica, etc. La experiencia y conocimiento de aquellos primeros gestores deportivos autodidactas. En el día de hoy, todo se aprende en numerosos cursos, máster y grados de gestión deportiva, de los cuales muchos son docentes.
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Contactos y redes sociales:
Establecer y cuidar una red de contactos es fundamental. Tanto para estar al día de lo que sucede en el sector como para acceder a oportunidades laborales antes que nadie. Redes sociales profesionales como LinkedIn son cada vez más habituales como herramienta de busca y reclutamiento. Cuidar y actualizar toda la información que aparece en las redes, profesionales o no, es algo imprescindible.
Flexibilidad, dedicación, autonomía, trabajo en equipo, positivismo, capacidad de comunicación… son atributos especialmente valorados. Los horarios y estacionalidad de la mayoría de áreas y proyectos vinculados con el deporte, a menudo requieren de sacrificios que son incompatibles con una visión demasiado “acomodada” del puesto de trabajo.
Este es un punto siempre controvertido. ¿Cómo puedo tener experiencia si no me dan ninguna oportunidad? El deporte es uno de los pocos sectores que da oportunidades para poderla tener: Clubes deportivos y entidades organizadoras de eventos tienen programas de voluntariado que te permiten conocer desde dentro la gestión deportiva. Las prácticas académicas son la otra vía para conseguir experiencia durante unos meses en entidades de primer nivel. Eso sí, la mayoría serán sin ninguna compensación económica.