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El coaching y el liderazgo comparten un campo común: ambos buscan guiar a personas o grupos para que den lo mejor de ellos mismos, mejorando, en el caso de una entidad deportiva, los resultados como organización. Los directivos pueden —y deben— incorporar las habilidades del coach en sus procesos de trabajo. En este artículo, vamos a explicar cuáles son las aptitudes que usan los mejores líderes para impulsar a sus equipos hasta el triunfo.
Estas son las habilidades en coaching con las que un buen líder debe contar
Para dirigir una entidad deportiva no basta con dominar las dinámicas del sector. Hay que contar con herramientas personales de gestión emocional y psicológica, que permitan resolver problemas de forma eficiente y motivar a la plantilla de la empresa.
En ocasiones, eso significará promover nuevas cualidades en los grupos de los que se está a cargo, como la autonomía. En otros, se tratará de escuchar, insuflar ánimos o construir relaciones positivas con los subalternos, tareas en las que las habilidades del coach pueden ser de mucha ayuda.
Los ejecutivos que trabajan sus habilidades de gestión emocional aumentan más la productividad de sus equipos
Hacerse con estas técnicas implica un trabajo previo, tanto personal como formativo. Y en Unisport lo facilitamos con nuestro Curso de Experto en Coaching Directivo, en el que docentes especializados en la disciplina comparten sus métodos para optimizar la gestión empresarial. El programa cuenta con un tutor individual para cada alumno, prácticas en empresas y recursos didácticos digitales. El aprendizaje se centra en las habilidades del coach más potentes para la dirección, como las que detallamos en los siguientes epígrafes.
Inspirar confianza
La confianza en un equipo es clave para que crezca. Solo cuando las personas se sienten cómodas son capaces de mostrar todo su potencial, compartiendo sus ideas con sus compañeros y con el propio líder.
Generar este clima es, ante todo, una responsabilidad del directivo. Al igual que el coach, debe tener la habilidad de controlar sus emociones —no dejarse llevar, por ejemplo, por la rabia o por cualquier otro impulso— y conseguir que los que le rodean se sientan libres de expresarse.
La confianza también tiene otra vertiente, y es poseer una seguridad personal que invite a la calma ante situaciones complejas. El directivo-coach trabaja tanto la propia como la ajena: hace ver a cada individuo las fortalezas que tiene y le ofrece apoyo para reducir sus debilidades.
Identificar los objetivos
Una de las primeras habilidades del coach que sale a relucir en las sesiones es su capacidad para discernir metas. Ante la coyuntura expuesta por el coachee, el especialista localiza los objetivos hacia los que hay que dirigirse para que la persona empiece a avanzar.
Lo mismo, pero a nivel de negocio, es lo que debe hacer un buen líder. Tiene que ser capaz de reconocer los puntos que merecen atención y que pueden suponer un impacto positivo en el rendimiento de la empresa.
Despertar la motivación
Desarrollar el liderazgo mediante el coaching deportivo incrementa los niveles de motivación de un grupo. Si el profesional al mando conoce las herramientas, podrá estimular a su equipo para que emprenda con fuerzas renovadas sus tareas.
Para lograrlo, debe transmitir su fe en los integrantes y en su valía. Puede ser un asunto delicado —un exceso de apremio puede hacer que el grupo se sienta presionado o sobrepasado—, y es por ello por lo que dominar los principios básicos del coaching es tan importante.
Ser resiliente
La resiliencia es, sin duda, una de las habilidades del coach. Y también una de las habilidades directivas necesarias para la gestión de una entidad. Los ejecutivos se encuentran continuamente con situaciones de responsabilidad alta, a veces bastante complejas. En este contexto, disponer de una buena fortaleza mental es imprescindible, pues el líder siempre es una referencia para el resto.
Esto no significa que no pueda ser vulnerable. No siempre dispondrá de la solución, pero tiene que poder movilizarse para establecer un plan e intercambiar impresiones con profesionales que puedan ayudarle.
Discurso eficaz
Los mejores directivos destacan por su destreza comunicativa. Son persuasivos y directos, y expresan sus ideas de forma firme pero amable. El coach profesional también hace gala de estas virtudes para guiar a sus coachees durante las sesiones. El líder recurrirá a ellas especialmente en las reuniones de desempeño, cuando debe revisar el trabajo de la plantilla y darle una retroalimentación útil.
Mente abierta
Un directivo que no impone respeto está fallando en su cometido. Pero también lo hace aquel que impone su visión sin explorar otras perspectivas.
Aunque la decisión final siempre sea la del líder, este puede enriquecerse mucho de las opiniones de su grupo, que detecta aspectos que al directivo, con su visión más general, se le escapan. Aprender a darles espacio e integrar sus aportaciones son dos de las habilidades del coach que se necesitan para dirigir con éxito una entidad.
¡Especialízate en coaching directivo!
Las habilidades del coach son muy útiles a la hora de dirigir una entidad deportiva y favorecer su desarrollo. Como hemos visto, promueve las relaciones sanas entre los integrantes de una organización y contribuye a que los líderes tomen mejores decisiones de negocio.
Adquirirlas es, por lo tanto, una inversión de futuro para hacer aportaciones más provechosas a las agrupaciones. En Unisport encontrarás un modo de obtenerlas por medio de nuestro Curso de Experto en Coaching Directivo, un plan de estudios completo con el que aprenderás las habilidades para ser un buen coach de la mano de docentes especialistas.
Gracias a nuestra metodología flexible, podrás avanzar al ritmo que mejor se ajuste a tus necesidades y disfrutar de videoconferencias de expertos y seguimientos personalizados. Al finalizar, dominarás las herramientas del coaching más potentes para marcar la diferencia en el área ejecutiva. ¡Infórmate y crece en tu carrera!