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Introducción a la motivación en deportistas aficionados
Cientos de miles de personas hacen deporte prácticamente a diario en las calles y los centros deportivos españoles. Running, pilates, pesas, cardio, zumba, spining, TRX, en definitiva practican diferentes disciplinas. Pero, ¿cuánto nos dura la constancia a la hora de hacer deporte?. Vamos a ver como trabajar la motivación en deportistas aficionados
El deporte es una de esas cosas a las que las personas se apuntan masivamente cuando termina el verano o cuando se inicia el año. No obstante, las estadísticas nos dicen que esa iniciativa dura muy poco y la motivación de los nuevos deportistas todavía menos, y en poco tiempo, la gran mayoría habrán abandonado su objetivo frustrando el trabajo de aquellos que les acompañan en esta aventura: monitores, instructores, entrenadores etc.
En este artículo vamos a hablar sobre la motivación de los deportistas no aficionados y como sus monitores y entrenadores deben realizar un importante trabajo de coaching para que sus alumnos se sientan motivados para conseguir sus objetivos y no abandonen a la primera de cambio.
El monitor y la motivación en deportistas aficionados
Una definición muy simple de motivación, que realiza la psicóloga, Mª José Alamino, es “la razón o motivo por la que hacemos las cosas”. La motivación nos lleva a realizar determinadas acciones y a superar los problemas y a no rendirnos hasta conseguir los objetivos.
Según los expertos en psicología deportiva R. Weinberg y D. Gold “el 50% de las personas que van a un centro deportivo no consigue prolongar esta decisión más de 6 meses aunque logre sus objetivos”.
En este sentido y si la actividad la está realizando en un centro deportivo, su entrenador o monitor se convierte en un elemento fundamental para mantener alta la motivación de sus pupilos.
Lo primero que debe hacer un entrenador es entender y conocer el nivel de motivación de sus pupilos, para poder trabajar este aspecto más psicológico que físico con sus alumnos. Nadie puede ya, dejar de reconocer que los aspectos psicológicos son tan importantes como los físicos, a la hora de hacer deporte.
Antes de empezar con el entrenamiento y diseñar la actividad física, es muy importante que los deportistas y el monitor compartan algunas reflexiones, ya que de esta manera, el primero podrá saber por qué acuden sus alumnos a sus clases y podrá conseguir que su motivación se mantenga alta, para sean constantes en su actividad.
Antes de empezar, sería conveniente tener claros una serie de conceptos sobre la motivación del deportista, ¿qué actividad quiere realizar? ¿por qué realizar esta actividad física en concreto?, ¿el esfuerzo merece la pena?, ¿tendré que pelear durante mucho tiempo para conseguir este objetivo? etc. Todas estas preguntas ayudarán al entrenador a seguir estrategias que sigan manteniendo alta la motivación de sus alumnos para conseguir sus objetivos.
Trabajar desde la reflexión ayuda a conocer las ventajas y los inconvenientes, el dolor que tiene que pasar el deportista, pero también los beneficios y placeres que obtendrá cuando consiga sus objetivos.
Cuando se dispone de toda la información es más sencillo aprender a estimular el dolor y a buscar una manera que resulte más sencillo motivar al deportista.
Ej: Una persona se ha apuntado a un centro deportivo porque necesita perder peso. Su objetivo final será una pérdida significativa de peso. Su monitor será el encargado de dirigir todo el proceso y de motivar para que no abandone antes de lograr su objetivo.
Antes de empezar el entrenamiento el monitor debe conocer cuál es su objetivo, en este caso la pérdida de peso y su labor debe ser establecer una estrategia que motive a su pupilo.
Motivación Extrínseca e Intrínseca
En el deporte es habitual competir por recompensas externas. Una medalla, un trofeo, una marca, incluso dinero. Pero también existe el esfuerzo intrínseco, en el que el premio se produce internamente, por el mero hecho de disfrutar de hacer dicho deporte independientemente del premio que venga después.
En el deporte profesional es muy habitual la motivación externa, es decir que lo que motiva a estos deportistas es una recompensa externa: una medalla, un puesto, una marca etc., y los entrenadores trabajan la motivación extrínseca ya que su objetivo es un logro externo.
Por el contrario, los deportistas no profesionales suelen moverse más por motivación intrínseca ya que en la mayoría de ocasiones el logro es interior. Por el mero hecho de sentirse bien con el trabajo realizado. En este caso el trabajo de un entrenador pasa por motivar a su pupilo para que se sienta orgulloso/a del trabajo realizado y que continúe entrenando para sentirse más orgulloso de sí mismo o misma.
No obstante, no nos equivoquemos, el deportista no profesional o aficionado también tiene una motivación extrínseca, ya que todos tienen un objetivo que cumplir. Bajar de peso, preparar una carrera popular, rebajar la marca, participar en una exhibición de baile, zumba o pilates. Hay muchos factores externos que influyen en la motivación de estos aficionados al deporte.
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Estrategia para conseguir la motivación en deportistas aficionados
La desmotivación según el Diccionario de la RAE es “la falta o pérdida de toda motivación” o lo que es lo mismo, es lo contrario de la motivación, es decir, la falta de una razón o motivo para hacer las cosas.
En muchas ocasiones, y especialmente en los deportistas aficionados, la desmotivación tiene que ver con una falta de planificación en el entrenamiento. Así pues, vuelve a destacarse la importancia del entrenador o monitor como el encargado de programar unas sesiones de entrenamiento orientadas hacia el objetivo final del cliente o usuario de su instalación.
Diseñar un plan de entrenamiento es una tarea esencial para especificar lo que se quiere conseguir y en qué momento.
Para ello es necesario establecer unos objetivos. Con dichas metas conseguiremos:
– Dirigir la acción y la atención de los deportistas
Perseguir un objetivo cercano y concreto nos permite centrar la atención en aquello que deben hacer sin tener tiempo a buscar excusas que les distraigan de su objetivo.
– Dar perspectiva y sentido común a lo que hacen
Hacer deporte es un esfuerzo que se prolonga en el tiempo (un plan de entrenamiento no tiene resultados a corto plazo, sea profesional o aficionado) para ir alcanzando cada una de las metas previstas para alcanzar el objetivo final.
– Moviliza la exigencia y aumenta el esfuerzo
Hace que los deportistas se acerquen con más ganas a lo que están haciendo y les recuerda que hay que hacer todo lo posible por alcanzar el objetivo marcado.
Como decimos, un paso fundamental para conseguir la motivación y seguir haciendo deporte, es la fijación de unos objetivos. No obstante, estos objetivos también deben cumplir unas características que facilitará su cumplimiento.
– Retos razonables. Es complicado establecer la línea entre los objetivos que sean sencillos y entre los inalcanzables. Si el reto es demasiado sencillo y fácil de lograr el deportista se aburre y los abandona. Si por el contrario convierte el objetivo en inalcanzable también abandonará, pero por frustración.
– Deben ser retos concretos. Especificar al máximo lo que se quiere conseguir.
Ej: No es lo mismo decir quiero rebajar el tiempo en la próxima carrera popular, que decir, quiero rebajar la marca en dos segundos. En el segundo caso existe una motivación añadida por conseguir algo concreto y palpable y el entrenamiento y las ganas serán máximas para alcanzar ese objetivo.
– Temporizados. Para alcanzar el objetivo final es necesario establecer un plan a largo plazo que incluya metas a corto, a medio y a largo plazo que permita establecer una estrategia de entrenamientos para cumplir dichos objetivos intermedios.
– En términos positivos. Nunca debe olvidarse que las frases positivas motivan mucho más que las negativas por lo que toda la estrategia debe estar diseñada en positivo.
Ej: No es lo mismo decir: Debo centrar toda mi atención en la carrera, que decir: No debo preocuparme por el calor. En el primer caso se centra en el objetivo que pretendemos alcanzar: la carrera. En el segundo caso, en algo externo al trabajo que ha realizado el atleta y que además no puede controlar como es el calor.Si piensa en negativo podría desmotivarse del objetivo final ya que su intención es acabar la carrera.
– Controlables. La consecución de los objetivos debe de depender de uno mismo para no desmotivarse.
Ej: Quiero ganar la carrera. Este no es un objetivo controlable ya que ganar la carrera no depende, únicamente, del propio deportista sino que depende de otros participantes en la carrera que también tienen la opción de ganar la prueba. Por el contrario, quiero rebajar el tiempo en carrera en 0,20 segundos, sí depende de uno mismo y todo su esfuerzo y motivación debe centrarse en conseguir este objetivo.
Conclusión
La motivación es la razón por la que se hacen las cosas. En este caso hablamos de deportistas aficionados y de lo sencillo que puede resultar desmotivarse, tal y como lo señalan diferentes estudios realizados al respecto.
En este sentido, el entrenador o monitor, resulta muy importante ya que desde la reflexión y con toda la información disponible sobre los objetivos del deportista podrá hacer una estrategia para que el aficionado al deporte no abandone la actividad que está realizando.
Muchas ocasiones la desmotivación tiene que ver con una falta de planificación en el entrenamiento para ello hay que marcar unos objetivos. Estos deben ser: razonables, concretos, temporizados y plantearlos en positivo. Siguiendo esta estrategia al aficionado al deporte le costará mucho menos llegar a cumplir su objetivo.