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Los Componentes psicológicos en las lesiones deportivas
Difícilmente encontraremos un deportista que no haya sufrido alguna lesión de algún tipo a lo largo de su carrera deportiva, no importa la etapa en la que se encuentre, cuando se practica deporte siempre existe el riesgo de lesionarse. Existen muchos tipos de lesión y no solo varían en función de sus características, sino también en función de su gravedad y en los componentes psicológicos de las lesiones deportivas.
Las lesiones deportivas pueden ser leves, moderadas, graves o muy graves, algunas incluso, han llegado a provocar la retirada anticipada del deportista. Dentro de ese nivel de gravedad, la intervención hasta no hace mucho, siempre había ido dirigida a la recuperación física del deportista, y era el dolor o las molestias físicas el foco en el que los médicos y recuperadores centraban toda su atención. Actualmente, esto ya no es así, y ya desde hace algunos años, el factor psicológico se ha empezado a tener muy en cuenta no solo en el proceso de rehabilitación del deportista lesionado, sino también a nivel preventivo.
Psicología del deportista lesionado
Podríamos decir que nunca es el mejor momento para lesionarse. Las lesiones deportivas disminuyen o limitan la capacidad del deportista y suelen interrumpir su progresión en el ámbito del rendimiento durante el tiempo que este permanece lesionado. La adaptación de la psicología deportiva al lesionado y el análisis correcto de los componentes psicológicos de las lesiones deportivas será clave en su proceso de rehabilitación. Una manera inadecuada de afrontar la lesión puede derivar en un lento y dificultoso proceso de rehabilitación en el que aparezcan temores y dudas sobre su futuro deportivo del tipo: cómo va a responder tras el período de recuperación, el protagonismo que tendrá en su vuelta, si tendrá o no molestias, si su rendimiento será como el de antes de producirse la lesión, etc.
Frente a las lesiones deportivas no todos los deportistas responden psicológicamente del mismo modo. Los hay que suelen aceptar y adaptarse antes a esta nueva situación teniendo la capacidad de convertirla en un reto personal o en una oportunidad para crecer a nivel personal, y la asumen como parte, a veces inevitable, de su actividad o profesión, mientras que otros la viven como algo amenazante y de difícil aceptación y solución. Además, deberemos tener en cuenta la psicología deportiva de los niños.
La diferencia entre los primeros y los segundos, no solo tiene que ver con el apoyo social del entorno del deportista, sino también con su modo de entender y afrontar la lesión. Mientras que los primeros suelen mostrarse optimistas y comunicativos y se marcan objetivos a corto y medio plazo, los segundos suelen mostrarse pesimistas, ansiosos y suelen dudar de poder volver a rendir como lo estaban haciendo antes de caer lesionados.
Heil (1993), en su modelo explicativo, señala que el deportista ante la lesión suele responder de tres modos diferentes: de manera angustiada, negando la lesión o bien enfrentándose a ella. La respuesta de angustia tiene que ver con el impacto negativo que supone caer lesionado y las emociones negativas que siente el deportista ante esta situación. La negación tiene que ver con la dificultad del deportista de aceptar y asumir que se ha lesionado, frente a esta respuesta suele haber una especie de bloqueo en la expresión de las emociones referidas a todo lo que tiene que ver con la lesión y al hecho de estar lesionado. Por último, Heil señala una respuesta de enfrentamiento, en la que el deportista, directamente pone en funcionamiento sus recursos internos y hace uso de estrategias para un buen proceso de rehabilitación.
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Recomendaciones para el entrenador ante la lesión de un deportista
• Cada deportista es diferente: Asumir que no todos los deportistas viven las lesiones de la misma manera ni que todos sienten o expresan las emociones del mismo modo.
• Proporcionar información y formación: Educar al deportista y proporcionarle información lo más clara posible sobre la lesión y el proceso de recuperación.
• Mostrar empatía: Mantener una actitud empática con el deportista que favorezca la comunicación de sus sentimientos en torno a todo aquello que rodea a la lesión y pueda influir directa o indirectamente en su proceso de recuperación.
Proporcionarle apoyo mostrándonos abiertos y dialogantes, mostrar una actitud positiva que le ofrezca al deportista seguridad y confianza hacia nuestra persona.
• Generar motivación: Promover un proceso de recuperación ameno en el que se establezcan objetivos realistas en el proceso de recuperación, así como un trabajo específico e individualizado de calidad.
• Mantener la calma: Tener una actitud paciente con el deportista y su proceso de recuperación, así como mantener unas expectativas realistas, es un aspecto clave para reducir el estrés y la ansiedad que puede provocar en el deportista la vuelta a la competición. El entrenador no debería esperar que el deportista que acaba de salir de una lesión rinda al mismo nivel que lo hizo antes de caer lesionado. El rendimiento va a darse de manera gradual a través de los entrenamientos y las competiciones en las que participe, variando en función de cada deportista. Recuperar sensaciones será un aspecto importante para el deportista en esta fase de su proceso de rehabilitación.
• Apoyo social: Proporcionarle un entorno de apoyo en el que el deportista se sienta respaldado y acompañado que fortalezca su confianza. Tratar de evitar el aislamiento y la separación del resto del grupo, incluyéndolo en aquellas actividades que sean posibles y le mantengan en contacto con el resto de compañeros y los objetivos del equipo.
• Cuidar los mensajes: Evitar en los entrenamientos la utilización repetida de palabras como lesión, o hacer continuas referencias a las lesiones sufridas por los deportistas.
Conclusiones de los componentes psicológicos en las lesiones deportivas
A modo de conclusión, debemos señalar que la exigencia del deporte actual en la búsqueda de resultados inmediatos, así como las prisas por convertir al deportista en profesional, suele llevar a un segundo plano todos aquellos aspectos referentes a la salud tanto física como psicológica del deportista que son la base en la prevención de lesiones.
Los entrenadores deben tener habilidades psicológicas en el deporte, es importante que entendamos que las lesiones requieren de un tiempo de recuperación suficiente, no solo en lo físico sino también en lo psicológico, que le permita al deportista volver a la competición e ir creciendo gradualmente en su rendimiento. Para ello la labor de estos, junto a la del coordinador y profesionales de la salud será fundamental para que el deportista lesionado realice un proceso de rehabilitación adecuado sin quedar relegado al olvido y al aislamiento.