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Crear un punto de encuentro para la práctica y la promoción del deporte es un procedimiento más o menos sencillo que puede llevarse a cabo con unos pocos trámites. Sin embargo, hay que saber gestionarlo conforme a la legalidad y al compromiso que se adquiere con los abonados para que disfruten de actividades e incluso de competiciones. Informarse sobre cómo funciona un club deportivo es básico si se quiere poner en marcha un proyecto de esta tipología. En los puntos siguientes, se detalla qué se espera de estas organizaciones, cuáles son sus órganos de gobierno y cómo manejar sus finanzas para convertirlas en una propuesta enriquecedora para la sociedad.
¿Qué es un club deportivo? Su importancia
Para saber cómo funciona un club deportivo, antes hay que tener claro en qué consisten estas agrupaciones. Se trata de entidades privadas formadas por personas físicas que comparten un interés por el ejercicio y los juegos de competición.
Como veremos más adelante, su finalidad es la de promover el deporte en una localidad, planificando actividades para las personas afiliadas y fomentando la práctica de la actividad física. Con el fin de que operen correctamente, la legislación obliga a que cuenten con un organigrama de gobierno, que debe estar integrado por personas con conocimientos en administración.
Los clubs deportivos son entidades dedicadas al fomento del deporte y de la actividad física
El Máster en Gestión Deportiva de Unisport proporciona estas nociones en profundidad, para que los profesionales interesados en crear un club deportivo puedan hacerlo con una visión integral y estratégica. Sus lecciones comprenden aspectos como el liderazgo ejecutivo, el manejo de las instalaciones o la regulación de las finanzas, aunque la ley de las comunidades autónomas —por ejemplo, el Texto único de la Ley del deporte de Cataluña—, se muestra firme a este último respecto: la “ausencia de ánimo lucrativo” es una condición sine qua non para la fundación de un club, que debe tener como foco el beneficio de sus abonados.
Y es que la existencia de estas organizaciones supone un activo muy valioso para una comunidad. Facilitan que los ciudadanos se ejerciten y mejoren su bienestar mental y físico, que creen lazos entre ellos y con otros clubes y, por supuesto, que disfruten su tiempo de ocio de una forma saludable.
Así funciona un club deportivo
Como crear un club deportivo no es complejo, son muchos los que se animan a fundarlos. Pero su gestión es una historia distinta en la que entran en juego el personal de gobierno, la presidencia, los administrativos y el propio staff de profesionales del deporte que puede llegar a tener.
El organigrama puede volverse más denso si el grupo decide participar en competiciones de forma oficial, aunque no es un punto obligatorio. A continuación, vamos a ver cómo funciona un club deportivo, desde los cimientos de su filosofía hasta la estructura necesaria para materializarla.
Objetivos y misiones del club
Definir con claridad los objetivos será importante tanto para la fundación de la organización como para el plan estratégico del club deportivo. Partiendo de la base de promover el deporte, cada entidad puede tener una misión más específica que debe volcarse sobre el papel.
Puede ser, por ejemplo, realizar actividades accesibles para todos los rangos de edad, fomentar la implicación en el deporte de personas en riesgo de exclusión o construir un equipo de baloncesto que pueda llegar a profesionalizarse. Lo que se elija constituirá el propósito general del club, que puede desglosarse en objetivos más concretos para definir mejor el camino hacia la meta.
Estructura de un club deportivo: ¡conócela!
La duda más común en lo relativo a cómo funciona un club deportivo es su estructura. Sobre todo, porque no hay un organigrama oficial establecido.
Más allá de los órganos ejecutivos o dedicados a la administración, los grupos pueden organizarse como prefieran, dejando siempre patente los derechos, responsabilidades y miembros que conforman cada uno de los cuerpos. Pese a todo, en general se distinguen los siguientes:
Presidente y Junta Directiva
La Junta Directiva es el órgano encargado de la gestión del club. Es decir, el que propone y toma decisiones sobre su rumbo, sus actividades y sus cuentas.
A no ser que se especifique lo contrario, sus integrantes se escogen cada cuatro años a través del voto de los asociados. Normalmente, la Junta Directiva está compuesta por:
- Presidente: representa legalmente al club y preside sus sesiones.
- Vicepresidente: asiste al presidente en sus funciones ejecutivas.
- Secretario: elabora las actas de las sesiones y atestigua los acuerdos a los que se ha llegado.
- Tesorero: administra las finanzas de la entidad.
- Vocales: personas con derecho a votar en las sesiones del club como parte de su directiva.
Asamblea General
La asamblea general es clave en cómo funciona un club deportivo. Elige a la junta, aprueba las cuentas y vota los distintos asuntos que la organización tenga que tratar en sus sesiones. También tiene el poder de cambiar los estatutos o de poner en marcha nuevas normativas.
Entrenadores y staff técnico
Además de instalaciones y materiales, los socios de un club deportivo suelen necesitar a profesionales que les guíen en las actividades. Sería el caso, por ejemplo, de los entrenadores, los nutricionistas, los fisioterapeutas o de aquellas personas encargadas de proporcionar los recursos para los partidos.
Deportistas y miembros del club
Tanto el club deportivo más grande como el más humilde funciona gracias a sus miembros. Son los abonados a la entidad, que participan en sus actividades y la sostienen para que puedan seguir operando y manteniendo a punto sus instalaciones.
En función del enfoque de la organización, los asociados pueden ser principiantes o aficionados, pero también existen clubs con deportistas de nivel profesional.
¡Últimas plazas!
Las finanzas de un club deportivo: ingresos y gastos
El último aspecto que hay que tratar para comprender cómo funciona un club deportivo se refiere a sus finanzas. Como se señaló en párrafos anteriores, la normativa indica que estas agrupaciones no deben tener como fin la obtención de ganancias económicas de ningún tipo.
Con esta premisa, uno puede preguntarse cómo gestionar un club deportivo sin ánimo de lucro de modo que sea viable para sus miembros. Hay que puntualizar que los abonados pagan cuotas, que se pueden obtener ayudas públicas e incluso patrocinios, por lo que los ingresos son una realidad.
Lo que especifica la ley es que estas ganancias no pueden repartirse entre los socios, sino que deben reinvertirse en las actividades del club. Por ejemplo, en desplazarse para los partidos, renovar el material o afrontar los gastos fijos del centro, como la luz, la climatización o el agua.
Es importante realizar una estimación de los gastos y de los ingresos que se van a recibir y llevar un registro minucioso de las entradas y salidas de dinero. De hecho, disponer de un contable es una buena idea si se quieren evitar problemas financieros o legales en el futuro.
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